Sons of Anarchy (T5)

Justo cuando nos planteábamos abandonar Hijos de la Anarquía, la serie remonta el vuelo, al igual que lo hace el club con su cambio de liderazgo. Durante cuatro temporadas, Kurt Sutter ha cometido el error de mirar siempre de puertas para afuera (buscando para SAMCRO un enemigo cada vez más poderoso) en lugar de hacerlo para adentro, es decir, en la evolución de sus propios integrantes. También ha estirado el chicle del drama familiar de Jax, que finalmente explotaba al final del cuarto año sin un desenlace satisfactorio para Clay. Sin embargo, esta decisión ha aportado a la temporada una nueva subtrama de traiciones y engaños de la que también es partícipe Otto, personaje que parecía estar ahí solo por el capricho del director y que finalmente ha dado sus frutos.

Se evidencia un cambio de rol por parte de Jax, que asume totalmente la responsabilidad de la banda, llevándola por derroteros oscuros más propios de su antecesor. A consecuencia de ello, también la relación con su madre se ve alterada y Gemma pasa de manipular a Jax a estar supeditada a él. Tara, por su parte, pone constantemente en práctica las enseñanzas del club y se involucra en sus asuntos hasta el punto de que es detenida. Nada que ver con la anodina doctora del principio de la serie. Los nuevos personajes introducidos (Nero y Pope) no responden a ningún prototipo anteriormente visto, siendo el primero un excelente socio para Hunnam (y amante de Gemma), y representando el segundo el líder mafioso que Jax aspira y consigue ser.

Sobre los excesos de la serie, las innumerables aberraciones a las que Sutter nos ha acostumbrado nos han llevado a la desensibilización. Hasta el punto de que no damos mayor importancia a la muerte de uno de los personajes más emblemáticos. Por último, resaltar que Hijos de la Anarquía recupera, en alguna ocasión, esa ironía con la que se ríe de sí misma y a la que debería recurrir más habitualmente. La travesti, las preferencias sexuales de Tiggy o las frases de Gemma no tienen desperdicio, mientras que la escena acerca de la lengua de Otto o las circunstancias de la muerte de Carla eran innecesarias y solo dan rienda suelta a la perversidad del showrunner.

Valoración: ***

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena) **** (muy buena) / (media estrella)