Festival Nits de Cinema Oriental 2016

Imagen del vídeo promocional de la edición 2016 del Fesnits
Imagen del vídeo promocional de la edición 2016 del Fesnits.

Después de la satisfactoria experiencia en la pasada edición, y cumpliendo los propósitos que dejamos plasmados en la crónica de 2015, este año volvimos al  “Fesnits” (Festival Nits de Cinema Oriental de Vic). De nuevo, la brevedad de nuestra estancia (14 y 15 de julio) quedó recompensada por la calidad de un certamen para todos los públicos y por la grata compañía (¡gracias Karol y Urba por acogernos!). Y eso que nos perdimos las proyecciones más multitudinarias y alocadas (que tuvieron lugar el fin de semana), así como las de las tres películas finalmente galardonadas (The Mohican Comes Home, Old Stone e Ip Man 3).

Arrancamos el jueves con la sesión de las 16 horas en el Cinema Vigatà con la cinta japonesa No Longer Heroine (2015), adaptación cinematográfica a cargo de Tsutomu Hanabusa del exitoso manga Heroine Shikkaku. Una historia de amor adolescente entre dos amigos de la infancia que nunca se atrevieron a confesar sus sentimientos. Las exageradas muecas y chillidos de la actriz Mirei Kiritani son lo único que salva un relato previsible y edulcorado hasta decir basta.

Fesnits 2016 documental Sunakali.
Pase del documental ‘Sunakali’ en la biblioteca Joan Triadú de Vic.

Todo lo contrario inspira el documental Sunalaki (2014), que nos esperaba en la biblioteca Joan Triadú, acerca de unas jóvenes nepalíes seleccionadas para participar en un torneo nacional de fútbol. En la empobrecida región de Mugu, a 3.500 metros de altitud y donde el 90% de las mujeres son analfabetas, las adolescentes viven todo un periplo para conseguir disputar el campeonato y cumplir su sueño. Sunakali Budha, la pichichi del equipo, cuenta la experiencia en una emisora local que sirve de pretexto para acompañarla en su aventura. A modo de ejemplo, en uno de sus primeros desplazamientos, las muchachas deben atravesar valles y montañas a pie durante tres días enteros. Su victoria les concede el respeto de sus paisanos y la posibilidad de postergar (lástima que sólo sea eso) sus respectivos matrimonios.

Más tarde se avecinaba nuestro plan favorito: cena asiática y cine al aire libre en la Bassa dels Hermanos, más concierto de Guillem Roma y la Camping Band Orchestra. Bajo el fresco inusual de la capital de Osona, y sin abandonar Nepal, llegó el turno de Serdak, the Golden Hill (2015), de Rajan Kathet. Ésta nos traslada a un pueblo remoto en la región de Mustang donde, en medio de románticos y montañosos paisajes, se reencuentran sus dos únicos estudiantes. Ambos encuentran oposición familiar a sus planes para abandonar su humilde morada y progresar en la ciudad. Sin embargo, su insistencia en trasmitir esta supuesta evolución a los habitantes de su región natal demuestra un ligero rechazo a sus tradiciones en pro de normas ajenas impuestas desde la urbe. La opera prima de Kathet es un relato sencillo y hecho para gustar al gran público.

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Bailes nepalíes al aire libre en la Bassa dels Hermanos.

Después de sobrevivir gracias a una manta a la noche al raso en la Bassa, nos fuimos pitando hacia la Jazz Cava, donde nos esperaba Guillem Roma. Su concierto anual se ha consolidado en las noches del festival y, si se descuida, la acogedora sala se le quedará pequeña. Con una calurosa bienvenida y cóctel en mano, recibimos a los tres componentes del grupo: Guillem Roma (voz y hombre orquesta), Marta Roma (violoncelo) y Gerard Torrents (percusión). Los asistentes se entregan apasionadamente, y ya van cuatro ediciones, a las variadas versiones de canciones asiáticas de la banda como la sintonía de cierre de Bola de Drac, homenajes a músicas de películas Ghibli o el pegadizo estribillo de La Mosca “yo romperé tus fotos” y el bolero “Quizás, quizás, quizás” (que nada tienen que ver con Asia pero que arengan a la masa de buena manera).

Concierto Guillem Roma y su banda en el Jazz Cava.
Concierto de Guillem Roma y su banda en el Jazz Cava.

Después de una noche larga, un buen almuerzo es la mejor manera de reponerse. Y es lo que hicimos sin saber la que se nos venía encima con El monstruo que amenaza el mundo (o Gappa, para los amigos). Dentro del ciclo Retrospectiva, con sesiones matinales en el Vigatà cuya temática era el kaijû eiga, unos pocos afortunados pudimos descubrir a uno de los monstruos más inusuales y desconocidos del género. Eduard Terrades, experto y autor del libro dedicado a estos “adorables” seres Kaijû! Cuaderno de campo, nos puso sobre aviso acerca de la vesania generalizada de esta inolvidable película. Gappa (1967) es la única obra kaijû eiga realizada por la productora Nikkatsu, más interesada por aquel entonces en el cine erótico que por el de lagartos gigantes, y que quería ser una nueva y mejorada versión de Gorgo. Así pues, una expedición nipona a una remota isla del Pacífico encuentra una nueva especie animal (mitad pájaro, mitad reptil) y, a pesar de las advertencias de los nativos, se la llevan a Japón para estudiarla. Cuando los gigantescos padres Gappa se dan cuenta de que su cría ha desaparecido, alzan el vuelo en su búsqueda y el resto es historia… Siguiendo un guión al uso, el final es feliz tanto para humanos como para los kaijû. Pero la lapidaria frase final de la única mujer del reparto descoloca al espectador contemporáneo, que sólo se puede tomar con humor tan retrógrada línea de diálogo.

Una vez recuperados, y con la panza llena (todo sea dicho, en Vic se come muy bien) nos dirigimos a nuestra última función: For the Love of a Man (2015) dirigida por Rinku Kalsy. Un documental en el que descubrimos el fenómeno de la devoción por la súper estrella de cine indio Rajnikanth a través de cuatro fans que llevan su pasión a extremos delirantes. El actor es venerado como un dios: sus seguidores promocionan sus películas y realizan fiestas y eventos para asegurar el éxito de sus producciones, empeñando joyas propias si fuese necesario para financiar todo el tinglado. Además, la directora aprovecha este fenómeno para acercarnos a la situación histórica, política y social de la zona india de Tamil Nadu.

Imitando al kaijû Gappa en el cine Vigatà.
Imitando al kaijû Gappa en el cine Vigatà.

Y hasta aquí nuestra experiencia en la 13ª edición del Festival de Cinema Oriental de Vic, al que  esperamos volver en  años venideros. Con esta crónica también queremos animar a los fans del cine asiático, y en general, a que viváis el certamen en primera persona. También nos alegramos de que el “Fesnits” siga creciendo y cumpliendo los objetivos propuestos, tal como recoge la organización en su balance del 2016.