Sufragistas

No deja de sorprenderme la facilidad con que algunos desdeñan la posibilidad de la desobediencia civil hoy en día. El término acuñado por Henry David Thoreau alude a la obligación ciudadana de quebrantar la ley cuando ésta es injusta. En esa disyuntiva se ve imbuida Maud Watts (Carey Mulligan) en el insalubre Londres de principios de siglo XX. Y es que cuando los jacobinos, ideólogos del mal llamado sufragio universal, clamaban por el voto igualitario, poco pensaban en sus congéneres femeninas. Aunque el país galo aún hubiera de ver en jaque su recién nacida República, los preceptos franceses respecto al derecho a designar a los representantes de la nación prevalecieron en la mayor parte de Europa. Los primeros movimientos de mujeres sublevadas contra un orden democrático patriarcal se hicieron esperar hasta principios del siglo pasado, siendo el Reino Unido uno de sus enclaves más potentes.

El guión de Sufragistas, firmado por Abi Morgan (La dama de hierro, Shame), recoge la historia de varias mujeres militantes en la lucha por la igualdad, interpretadas por los rostros femeninos más ilustres de Hollywood. No sucumbáis, no obstante, a la campaña de marketing que quiere hacernos creer que un cameo de Meryl Streep puede venderse impunemente como un rol secundario relevante. Mientras algunas de estas damas proceden por convicción de principio a fin, Maud va sufriendo una metamorfosis que la lleva de soportar estoicamente la explotación laboral y el acoso sexual de su capataz a empoderarse y liberarse de la opresión conforme asume su condición. Ella es el único personaje dinámico y el nexo de unión entre unas muchachas que tejen una red de solidaridad como las que sólo se dan entre colectivos sometidos. Y es que no únicamente el patrón infundía el terror, sino que los maridos consentían el abuso, preocupados tan solo por no ver mancillado el honor familiar a causa de las actividades ilícitas de sus esposas. Por no ser, no eran dueñas ni del fruto de sus vientres, cuya custodia recaía sobre el hombre.

Carey Mulligan, la viva imagen de la mujer doliente, lleva el peso de la cinta sobre sus hombros. Uno no tiene corazón si no se conmueve cuando suelta esas lágrimas de cocodrilo. El estado de Maud se va depauperando a medida que se implica con más vehemencia en la lucha. De ahí que la dirección, estándar por otro lado (aunque efectiva en cuanto a las escenas de represión policial), se recree en el semblante de la actriz a base de primeros planos. La rivalidad latente entre la protagonista y el inspector Arthur Steed (Brendan Gleeson) podría haber sido más fructífera, pero también es un alivio que se desprendan del prototipo del policía desalmado para abrazar la de un hombre que tan solo vela por el cumplimiento de la ley.

Valoración: ***

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena)**** (muy buena) / (media estrella)

Ficha

De qué va: El movimiento sufragista nació en Inglaterra en vísperas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La mayoría de las sufragistas no procedían de las clases altas, sino que eran obreras que veían impotentes cómo sus protestas pacíficas no servían para nada. Entonces se radicalizaron y, en su incansable lucha por conseguir la igualdad, se arriesgaron a perderlo todo: su trabajo, su casa, sus hijos y su vida. La protagonista es Maud, una mujer que reivindicó denodadamente la dignidad de las mujeres (www.trailersyestrenos.es).

Tráiler

Oficial: www.deaplaneta.com/es/sufragistas

Año: 2015

Directora: Sarah Gavron

Reparto: Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Meryl Streep, Anne-Marie Duff, Brendan Gleeson, Ben Whishaw, Romola Garai, Samuel West, Geoff Bell, Natalie Press, Lee Nicholas Harris, Richard Banks, Adrian Schiller, Judit Novotnik, Morgan Watkins.