Mommy

Con tan solo veinticinco añitos y cinco películas a sus espaldas, el canadiense Xavier Dolan estrenó en 2014 Mommy, su obra cumbre hasta la fecha. Ésta condensa su temática y estilo habituales (sus vicios dirían algunos), rompiendo moldes de nuevo y creando un producto indudablemente de autor. Ganadora del Premio del Jurado de Cannes, Mommy cuenta la historia de Diane (Anne Dorval), una viuda que a duras penas llega a fin de mes cuando debe tomar las riendas de su vida y hacerse cargo de su problemático hijo adolescente, expulsado de un centro de internamiento. Steve (Antoine-Olivier Pilon) es descarado e imprevisible (incluso violento), pero también dulce y dependiente. Como quien no quiere la cosa, entra en la vida de ambos Kyla (Suzanne Clément), una misteriosa vecina atormentada por sus demonios que, sin embargo, actúa como salvavidas para esta familia al borde del naufragio.

La película muestra las múltiples facetas de una relación materno-filial nada convencional en la que, no obstante, ondea la bandera del amor. Ésta alterna el grito y el reproche (cuando no la pura y dura desesperación) con momentos de una ternura desbordante. Por ello, hay que estar dispuesto a dejarse arrastrar por el torrente emocional con el que nos sacude Dolan, pues a todas luces resultará excesivo a sus detractores. Como ladrones en la noche, nos colamos en la intimidad de estos tres personajes para ser alcanzados por una flecha directa al corazón. Las escenas en las que los tres retozan de alegría como una familia feliz son de una belleza sobrecogedora. Hay que reconocer, sin embargo, que tal efecto se consigue a través de un juego de forma, a la que el cineasta se entrega con mayor facilidad que al contenido. No hay prueba más fehaciente de ello que el original formato con el que cuenta el film, reducido cuando los protagonistas se sienten aprisionados y expandido cuando su estado de ánimo es pletórico. La banda sonora juega también un papel importantísimo, pues se conforma de canciones variopintas, pegadizas y archiconocidas utilizadas con tal delicadeza que cobran una nueva dimensión.

Dolan cuenta con un largo historial de colaboraciones con las dos actrices principales que, junto al joven debutante, están enormes en sus papeles. Pilon capta a la perfección la esencia de un chico disconforme con todo, asaltado por sus propios brotes de locura. Clément, a su vez, es la contención absoluta y demuestra una extraordinaria versatilidad en las diferentes fases que atraviesa su personaje. Dorval, por último, sostiene esa mirada desafiante y feroz. El guionista y director añade un componente distópico al film, presentando a modo de metáfora una sociedad en la que los padres de jóvenes incontrolables pueden cederlos al Gobierno para su internamiento, perdiendo la potestad sobre ellos. Aunque el drama familiar hubiera funcionado de igual manera sin este elemento, Dolan establece así una crítica a la represión que ejercemos sobre las identidades marginales, dejadas de la mano de Dios o amansadas como fieras de circo. En ningún momento, sin embargo, juzga a sus personajes por las decisiones que toman a este respecto (todos ellos son víctimas del sistema) y la puerta a la esperanza queda abierta. Con todo, y perdonen la cursilería, Mommy es la película más cautivadora del último año, pues acaricia el alma y deja sin palabras.

Valoración: ****

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena)**** (muy buena) / (media estrella)