La chica danesa

Justamente el año en que la Academia de Hollywood se plantea instaurar un sistema de cuotas para enmendar la falta de diversidad en las candidaturas, es aquel que roza la equidad en cuanto a género. Obviamente, la desigualdad sigue siendo el puntal inamovible de la industria cinematográfica (y más de una institución tan vetusta como la que concede los Oscar), pero al menos 2015 nos ha legado varias películas donde las mujeres adquieren el protagonismo que merecen (Brooklyn, La habitación, Carol, Joy, La chica danesa y, por qué no, Mad Max). Mandar tras las cámaras ya es otro cantar y, de no poner más de nuestra parte, un reto difícilmente alcanzable. De ahí que sea una verdadera lástima que un largometraje con tantísimo potencial como La chica danesa derive en un biopic al uso en el que, además, no se incide sobre los asuntos más candentes. La cinta dirigida por Tom Hooper se centra en la relación entre la pareja de pintores Gerda (Alicia Vikander) y Einar Wegener (Eddie Redmayne), siendo este último el primer transgénero de la historia bajo la identidad de Lili Elbe. El matrimonio lleva una vida apacible en el Copenhague de los años 20 hasta que un inocente juego de travestismo despierta en Einar a la mujer que lleva dentro. A partir de entonces, inicia un camino de no retorno que le llevará a someterse a la primera cirugía para el cambio de sexo (ciertamente experimental en esos momentos).

Si bien el conflicto sentimental que se desata entre ellas tiene una carga dramática singular, a mí se me antoja más significativa la manera en que interactúan con su entorno. Es decir, mientras la historia de Lili tiene unas evidentes implicaciones sociales, políticas y globales, el filme se acomoda al plano puramente personal. Ya por aquel entonces, Lili devino una figura pública. Se le concedió el pasaporte que la reconocía como fémina y la anulación de su unión con Gerda. También el ambiente artístico en el que se mueven reacciona con relativa naturalidad a la metamorfosis, aunque marcharán a París como un modo de gozar de mayor libertad y evadir los chismorreos. Son detalles que apenas se intuyen en la película y que, de ser reales, me parecen notorios porque dejan en evidencia lo poco que hemos progresado en este aspecto. Claro que se ejerce la violencia contra el diferente (aunque el ensañamiento es mayormente médico), pero no creo que ésta sea mayor que aquella que empuja a adolescentes al suicidio en pleno siglo XXI. No olvidemos que Alemania (donde se lleva a cabo la intervención de Lili) vivía en los años del milagro una efervescencia cultural e ideológica envidiable.

Si permanecemos en el terreno más intimista, el personaje de Gerda suscita en nosotros sentimientos encontrados. Por un lado queremos chillarle que deje de ser una mártir, que el amor romántico no redime la indiferencia y el desdén con que el otro nos interpela. Por otro, cada día centenares de personas conquistan el anhelo de cambiar de sexo sin que ello reporte necesariamente un conflicto con sus parejas. Dejemos de juzgar, cada uno vive su transición como puede o quiere. Algunas, como Lili, sentirán la necesidad de explorar una nueva sexualidad, otras (de las cuales la cultura popular empieza a ofrecer modelos: Sophia en OITNB o Nomi en Sense8) conservarán sus relaciones sentimentales. En este sentido, Gerda es un magnífico ejemplo de mutabilidad, pues me huele a mí que es más bien Lili quien ya no se siente atraída por ella y no al revés.

La película, sin embargo, se mantiene al margen de tales debates y simplemente invita a sus actores a brillar con la mayor intensidad. Me da la sensación de que ésta y La teoría de todo tienen algo más en común que a mi querido Eddie (una elección previsible dada su delicadeza natural). En una más que en la otra, el realizador abre paso a los intérpretes que, junto al carisma natural de los personajes históricos, pasan a ser lo único destacable. Cuesta definir, además, quién le ha dado vela en este entierro a Hans (Matthias Schoenaerts), el tercero en discordia. No obstante, acepto, un poco a regañadientes, que a veces los apoyos más sólidos de nuestras vidas llegan en el momento menos esperado. Con todo, el producto final acaba por ser lacrimógeno, conmovedor en su mejor acepción.

Valoración: **/

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena)**** (muy buena) / (media estrella)

Ficha

De qué va: Drama basado en la verdadera historia de una pareja de artistas daneses, Einar y Gerda Wegener. La vida de este matrimonio dio un giro cuando Einar sustituyó a la modelo femenina que su mujer, Gerda, tenía que pintar. Cuando los retratos resultan ser un éxito, ella anima a su marido a adoptar una apariencia femenina. Lo que comenzó como un juego llevó a Einar a una metamorfosis que puso en riesgo el amor de su esposa (www.filmaffinity.com).

Tráiler

Oficial: www.lachicadanesa.com

Año: 2015

Director: Tom Hooper

Reparto: Eddie Redmayne, Alicia Vikander, Matthias Schoenaerts, Amber Heard, Ben Whishaw, Sebastian Koch, Victoria Emslie, Adrian Schiller, Richard Dixon, Paul Kerry, Helen Evans, Michael Gade Thomsen, Alicia Woodhouse.