Festival de Sitges 2023 (parte II): Sección Oficial
Las películas más destacables de la Sección Oficial Fantàstic a Competición
Regresamos con la segunda parte de la crónica del 56º Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, en la que hablaremos de los títulos más destacables de la Sección Oficial Fantàstic a Competición. Las mejores películas de esta categoría, seis en total, entraron en el Top 10 de mejores filmes de la edición 2023 del Festival de Sitges que puedes leer aquí. No obstante, ocho de las nueve obras restantes que vimos, en la principal categoría concurrente del certamen, merecen ser detalladas.
Seguro que sabes que en este apartado se incluyen largometrajes de todas las nacionalidades, inéditos en España, producidos en 2022/2023 y de temática fantástica, entendiendo el concepto de manera amplia, teniendo siempre en cuenta la calidad y la creación de tendencias como objetivo prioritario. En el Festival de Sitges 2023 concurrieron 31 películas a la Sección Oficial Fantàstic a Competición, una cantidad de títulos complicada de abarcar en su totalidad. De hecho, vimos prácticamente la mitad.
En esta categoría se entregan más premios y cuenta con un jurado internacional elegido por la dirección del certamen. Esta edición estuvo formado por Jérôme Paillard (productor), Ana Torrent (actriz), David C. Fein (productor), Kim Newman (crítico y escritor) y Alexandra Heller-Nicholas (crítica de cine e investigadora). Puedes consultar el palmarés completo en este enlace, aunque en las reseñas también comentamos si la película en cuestión ha recibido algún galardón.
Sección Oficial Fantàstic
En la siguiente selección de obras audiovisuales de la Sección Oficial Fantàstic a Competición también hemos tenido en cuenta las posibilidades que de que lleguen a estrenarse en cine o en plataformas de video on demand en España durante los próximos meses. Esta vez no fue tan difícil ya que descartamos tan solo una película. Sin más demora, allá vamos con nuestras humildes críticas.
Vive dentro *** (2023) de Bishal Dutta.
Bishal Dutta, conocido por dirigir varios capítulos de la serie Triads (2017), hace su debut en el largometraje con Vive dentro. Una película que da un curioso giro al cine de monstruos ya que se centra en la mitología hindú. La trama sigue a Sam, una adolescente estadounidense de origen indio que lucha por encajar en su instituto. Cuando su amiga Tamira es secuestrada por un monstruo, Sam debe recurrir a su herencia cultural para derrotarlo.
Vive dentro es un filme prototípico de terror adolescente que juega a favor la voluntad de generar relatos de terror e imaginarios fantásticos con otras señas de identidad. Sin embargo, esa apertura a otro imaginario es algo superficial. El demonio, cuya producción está bien lograda, se alimenta de la pena de los jóvenes y acecha a las chicas hasta su inevitable enfrentamiento. En resumen, Vive dentro es una obra básica, para el gran público y que entretiene. No le pedimos más a un producto de terror como este.
There’s Something in the Barn *** (2023) de Magnus Martens.
El noruego Magnus Martens, conocido por su trabajo en Banshee y 12 monos, nos ofrece una satisfactoria historia que mezcla humor blanco, folclore nórdico y nostalgia ochentera. There’s Something In the Barn sigue a una familia estadounidense que se muda a Noruega, solo para descubrir que su granero alberga a un gnomo gruñón. El filme ofrece una visión hilarante sobre las diferencias culturales entre nórdicos y norteamericanos. Además de deleitar con los clichés navideños, se desmadra en el tramo final con escenas violentas y sangrientas que recuerdan a clásicos como Los Gremlins o Critters.
El fuerte de la película es la acertada combinación entre los chistes sobre el choque cultural y los toques nostálgicos de terror y comedia de los 80. Con un reparto entregado a la broma argumental, la cinta es rara vez excesiva y siempre entretenida. Y aunque pueda recordar a Unwelcome, proyectada el año pasado en el Festival de Sitges, a nuestro parecer, There’s Something In the Barn es superior por su diversión desenfadada, el ambiente navideño y el conveniente aire nostálgico. Una obra que divierte y cumple las expectativas con seres sobrenaturales y tocacojones.
Sorcery **/ (2023) de Christopher Murray.
Sorcery, el tercer trabajo de ficción del director chileno Christopher Murray (Manuel de Ribera y El Cristo Ciego), nos transporta a la remota isla de Chiloé a finales del siglo XIX. Una niña indígena huilliche llamada Rosa busca venganza contra el capataz alemán que torturó a su padre. Para ello, cuenta con la ayuda de La Recta Provincia, un poderoso grupo de hechiceros. La película es una reflexión sobre el colonialismo, presentando un conflicto entre colonos e indígenas, con una evocadora fotografía y estética gris.
El mensaje anticolonial en el filme es claro pero sutil y está rodeado de solemnidad gracias, entre otras cosas, a la delicada interpretación de su protagonista (Valentina Véliz Caileo). Aunque la atmósfera es potente, el guion no va más allá de los límites de su abigarrado simbolismo. En definitiva, Sorcery es una fábula siniestra que plantea cuestiones intemporales sobre el significado de la justicia. A pesar de estar rodada con elegancia no genera misterio, sino una frustrante evasión que alarga la trama. Y a un ritmo demasiado lento. Sin embargo, sus imágenes son tan poderosas que resultan más fascinantes que frustrantes.
Best Wishes to All **/ (2023) de Yûta Shimotsu.
Best Wishes to All, dirigida por el exitoso Yûta Shimotsu, es una nueva muestra de horror japonés que explora el legado familiar y el precio de la prosperidad. Shimotsu, ganador del Short Horror Film Challenge en 2020 y del gran premio de la Japan Horror Movie Competition en 2022, nos presenta un relato inquietante y reflexivo sobre la moralidad y la sociedad. La trama sigue a una joven estudiante de enfermería que descubre un terrorífico secreto en la casa de sus abuelos. Lo que comienza como una reunión familiar placentera se convierte gradualmente en una pesadilla surrealista.
Shimotsu, con su debut, recupera el mejor cine de género de Kiyoshi Kurosawa, mezclando elementos de folk horror suburbial con un aire místico y religioso. El filme muestra de manera directa cómo la felicidad de unos depende del sufrimiento y agonía de muchos otros. La familia sigue siendo una fuente inagotable de perturbadoras estampas para el J-Horror. En el caso de Best Wishes to All nos sumerge en una combinación sobrenatural e irracional. En definitiva, una obra intrigante, escabrosa y sugerente que conforman un correcto debut del director nipón.
La espera **/ (2023) de F. Javier Gutiérrez.
Javier Gutiérrez, conocido por su premiada película 3 días y Rings, perteneciente a la saga yankee de terror de The Ring, nos presenta La espera, una despiadada incursión en el folk horror autóctono. Ambientada en la sierra andaluza, la película sigue a un guarda de finca que, tras aceptar un soborno, se embarca en un descenso macabro a los infiernos, donde la culpa se convierte en su peor enemigo.
Gutiérrez, con su agudo sentido del estilo, crea una película cruda y abrupta, llena de tierra, sudor y sol. Sin embargo, pese a su buena puesta en escena, la película lucha por asentarse y coger un ritmo ágil. La trama sobrenatural, aunque un poco forzada, se entrelaza con temas de culpa, familia, abusos de los terratenientes y miseria, creando una narrativa que, aunque genera impaciencia, mantiene al espectador intrigado. En resumen, La espera es una valiosa aproximación al género del terror rural y el fantástico intimista pese a su incapacidad para ofrecer algo original.
Riddle of Fire **/ (2023) de Weston Razooli.
Riddle of Fire, el debut en el largometraje del cineasta independiente Weston Razooli, es un cuento de hadas moderno que se adentra en la infancia y la aventura. La película sigue a tres niños en su búsqueda de la receta perfecta para un pastel de arándanos y la manera de quitar el control parental de su consola, un viaje que los lleva a través de una América profunda llena de personajes extraños.
La película intenta plasmar la magia inherente a la infancia moderna, transformando un simple encargo en una epopeya que resulta excesiva en demasiados momentos. Los elegantes efectos visuales, la sintonía ochentera, los fotogramas de 16 mm y la alegre secuencia inicial del filme evocan a un factor nostálgico que no aporta más. Los jóvenes actores son encantadores y los acompañamos con gusto en sus tropelías, pero el tono valorativo de la cinta no consigue expresar el encanto de la adolescencia que pretende. En definitiva, diremos que Riddle of Fire es una obra con un gran potencial que, lamentablemente, no alcanza su plenitud pero que gustó al Jurado Oficial del Festival de Sitges 2023 que le otorgó una Mención especial.
Salem **/ (2023) de Christopher Murray.
Salem, el segundo largometraje de Jean-Bernard Marlin, es un drama social y fantasía que se desarrolla en los bajos fondos de Marsella, donde la violencia y el simbolismo se entrelazan en una trama de amor y esperanza. La película, que recuerda a un Romeo y Julieta moderno, narra la historia de una pareja de adolescentes de bandas rivales, cuyo amor parece ser la única promesa para poner fin a la guerra entre pandillas.
Salem tiene un aire místico y religioso, con un salvador emergiendo en un mundo marginal y cargado de criminalidad. Sin embargo, la mezcla de lo profético con la dura realidad del barrio no nos termina de convencer. A pesar de la esperanza que se percibe, la pobreza y la violencia son una constante que parece imposible de erradicar. Y eso que el protagonista, engañado y traicionado, lo intenta sin éxito varias ocasiones; incluso cuando descubre sus poderes curativos. En definitiva, sólo busca lo que el título de la cinta indica (salem es paz en hebreo). Como conclusión, una propuesta ambiciosa y excéntrica, y un furioso drama sobre las perpetuas guerras de bandas.
La Morsure ** (2023) de Romain de Saint-Blanquat.
El debut en largometraje del cineasta francés Romain de Saint-Blanquat, La Morsure, es una exploración intrigante de la adolescencia, la espiritualidad y el deseo. La historia sigue a Françoise, una joven de 17 años que vive en un internado de monjas y cuya vida cambia drásticamente tras un sueño premonitorio. La película se adentra en territorios más misteriosos e impredecibles, imprimiéndole al filme una atmósfera tan cargada, caótica y arremolinada como su universo interno. El núcleo de la película radica en cómo canalizar el deseo y cómo las creencias pueden adquirir la fuerza de una verdad. Françoise, guiada por su péndulo y sus sueños, se embarca en una aventura que desafía los límites impuestos por las monjas del internado.
La Morsure lleva al espectador en un viaje inesperado a través de los ojos de una joven en busca de respuestas. Mezcla de misterio, drama y una mirada aguda a la adolescencia en la que la trama juega con la ambigüedad entre lo real y lo fantástico. A pesar del magnetismo de su protagonista, una atmósfera que le valió el premio a Mejor fotografía y que se mencione el vampirismo y la predestinación, se trata de un drama romántico juvenil. Sí, es una de esas obras que se cuelan en la Sección Oficial del certamen que lo único de fantástico que tiene es la etiqueta.
Próximamente más cine
Hasta aquí nuestra selección de títulos de la Sección Oficial Fantàstic a Competición y segunda entrega de la serie de crónicas sobre el del Festival de Sitges 2023. En breve volvemos con la última parte de la cobertura del certamen por excelencia de género fantástico en la que hablaremos de títulos destacados pertenecientes al resto de secciones, ya sean competitivas o no. Gracias por leernos y recuerda que puedes saber más sobre nuestro paso por Sitges en redes sociales.