Americana Film Fest 2017
Después del parón navideño de rigor, retomamos nuestra ruta festivalera por territorio catalán. Y es que es casi imposible seguir el ritmo non stop de la capital en materia cultural y cinematográfica. Este marzo le ha tocado el turno a la Americana, que ha cerrado su cuarta edición con un aumento del 20% de afluencia de público. No es de extrañar, puesto que la modesta apuesta inicial entrañaba un enorme potencial. La negligencia por parte de las distribuidoras de este país para hacer llegar a las salas ciertas obras y el moderneo de la ciudad cosmopolita por excelencia han formado una combinación explosiva; se juntaron el hambre y las ganas de comer. Y es que… ¿a quién no le gusta el cine independiente norteamericano? Pese a una apuesta temática y formal más arriesgada que la del cine mainstream, no resulta ni la mitad de hermético que cierto cine europeo. Una fórmula reconocible pero no adulterada que incluye algún que otro rostro célebre. Películas de calidad que, de estar en cartelera, no se comerían un rosco pero que en el circuito de festivales gozan del (fugaz) aplauso del público y de la crítica.
En nuestro caso, todos los filmes seleccionados pertenecen a la sección Tops: Goat, Christine y Certain Women. El resto se dividen entre Docs (dedicada al cine documental), Shorts (a los cortos), Next (al cine más radicalmente indie) y las sesiones gratuitas ofrecidas por uno de los patrocinadores. Además, el festival cuenta con talleres para niños y adultos y sesiones para profesionales, lo cual lo convierte en un certamen viable, coherente y diversificado desde el punto de vista de la gestión cultural.
Goat *** (2016) de Andrew Neel.
Andrew Neel dirige Goat, perturbadora historia real basada en el testimonio de Brad Land. Después de sufrir una traumática agresión, el protagonista decide adherirse a una fraternidad de cavernícolas (como todas) de la que su hermano forma parte. Pese a que el via crucis de vejaciones al que someten a todos los novatos no es lo más saludable para su delicada psique, resiste por dos razones: la necesidad de afiliación al grupo en tiempos de vulnerabilidad y la incapacidad para soportar la amenaza del ostracismo. Ya en los años 60, Stanley Milgram demostró mediante sus experimentos que el ser humano tiene una tendencia innata a la obediencia (recomendamos la reciente Experimenter al respecto).
Los muchachos viven inscritos en un sistema patriarcal que ensalza los peores atributos masculinos mientras despersonaliza a todo aquel que no encaje con este ideal dañino y engañoso. Entre estos, se encuentra el enaltecimiento de la violencia per se. Es decir, tanto la violencia con la que arranca la acción como aquella que, más adelante, se disfraza de jugarreta forman parte de un mismo aparato ideológico. La fragilidad de éste se demuestra cuando los valientes machotes se desmoronan ante la idea de cabrear a papá. Como en El señor de las moscas o en El experimento, el proceso civilizatorio se arrincona fácilmente, pero éste volverá (o no) para restablecer el orden.
Christine ** (2016) de Antonio Campos.
Christine Chubbuck fue una reportera de un noticiero local de Florida durante los 70. Célebre por su trágico final, la periodista padecía cáncer y depresión. Sin embargo, cuando empieza la acción no detectamos mayor conflicto que el laboral, a propósito del viraje de la cadena televisiva hacia el sensacionalismo. Christine se enfrenta, como cualquier mujer de la época y de hoy, con la frustración de no ser reconocida por su trabajo. Es poco a poco, y casi hasta el final del filme, que vamos construyendo el rompecabezas de su complicada personalidad. Una relación de dependencia con su madre, un amor no correspondido y, sobre todo, un trastorno mental que la empuja a hacer lecturas completamente tergiversadas de la realidad. A la verosímil interpretación de Rebecca Hall la acompaña el polifacético Michael C. Hall.
Certain Women *** (2016) de Kelly Reichardt.
La proyección de Certain Women colgó el cartel de agotada la noche del viernes. Tantas ganas tenía de ver el drama intimista de Kelly Reichard (y a una de mis actrices favoritas Michelle Williams) que el mismo lunes me aseguré una entrada. Tal como apuntó Violeta Kovacsics en la presentación de la película, el debate aquí no gira entorno (únicamente) al feminismo. Por supuesto que la película está protagonizada por tres mujeres (coyunturalmente relacionadas entre ellas) y que habla de sus conflictos, pero lo hace desde una austera puesta en escena en la que lo único asible son la tristeza y la soledad. Da igual soltera que casada, lesbiana que hetero, urbanita que pueblerina; todas sufren. Si la causa es su condición femenina, un entorno depauperado y desesperanzado o la combinación de ambas queda a elección del espectador.
Palmarés
Al contrario que a nosotras, a los asistentes del certamen les gustó mucho más Christine que Goat o Certain Women. Y es que para algo el pueblo es soberano, y los asistentes al certamen pueden valorar al final de cada pase, del 1 al 5, lo que les ha gustado la cinta. No obstante la triunfadora fue Swiss Army Man de Daniels, una alocada creación que reflexiona sobre la soledad y la amistad en clave surrealista. Una obra, que además cuenta con la flatulenta actuación de Daniel Radcliffe acompañando a Paul Dano. Una película que afortunadamente ya pudimos ver en el Festival de Sitges y que, curiosamente, también se llevó el favor del público alzándose como mejor película.
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