Dos días, una noche

En la última y aún reciente temporada de premios, uno de los títulos que sonó con más fuerza en la categoría de película de habla no inglesa fue el de la belga Dos días, una noche. Los hermanos Dardenne llevan años cosechando éxitos en su diminuto país a base de cine social y costumbrista, pero esta vez han cautivado a la crítica internacional gracias a la proyección mundial de una estrella de la talla de Marion Cotillard. Ella encarna a Sandra, una madre de familia que, tras una larga convalecencia, recibe el alta para su reincorporación laboral. La sorpresa viene cuando descubre que, aprovechando su ausencia, la dirección ha ofrecido a los empleados una suculenta paga extra si votan a favor de su despido. La protagonista dispone de un fin de semana para convencerles de lo contrario. El gran mérito del film radica en su retrato sin paliativos de una sociedad de capa caída, cuya decadencia moral compele a los ciudadanos a mendigar por unos míseros mil euros. El espectador se siente apelado por su discurso, pues hoy en día quien más quien menos se ha visto constreñido por presiones similares por parte de la patronal. No sólo meten el miedo en el cuerpo a los trabajadores, sino que urden tretas con las que enfrentarlos mutuamente y luego se desentienden de las posibles consecuencias.

Dos días, una noche sacude nuestras conciencias pues, como pueden imaginar, la reacción de la mayoría de los compañeros de Sandra es la de mirar hacia otro lado y hacer oídos sordos. La crisis ha modificado las dinámicas sociales decantándolas hacia el individualismo más extremo, o quizás simplemente ha sacado a la luz el egoísmo inherente y hasta el momento subyacente al ser humano. Por si fuera poco, la situación se ve agravada por las secuelas que ha dejado en ella una depresión no del todo superada. Así, Sandra deambula de aquí para allá con aire compungido y aspecto algo desaliñado, en busca de algo de alivio. Los síntomas de la ansiedad le sobrevienen de un momento a otro, y ve la realidad a través del filtro de un pesimismo redomado que la empuja a hacer aseveraciones del todo precipitadas. Cómo sino iba a creer que su esposo, apoyo incondicional y soporte inamovible, ha dejado de amarla.

Afortunadamente, de todo hay en la viña del Señor, de manera que Sandra contará con algunos camaradas que, casi furtivamente, le tenderán una mano, así como con algún que otro inesperado golpe de suerte. A pesar de un sistema que relega las dolencias psiquiátricas a la condición de tabú, ella se hace consciente de que cada pequeña victoria la fortalece, y representa un paso de gigante en su recuperación. La potencia del mensaje contrasta con una narrativa lineal y una puesta en escena minimalista, pues la protagonista se limita a repetir la misma monserga una y otra vez puerta por puerta. Aunque no se hace tediosa en ningún momento, cabe precisar que Dos días, una noche es puro cine de arte y ensayo sin ningún tipo de aditivo, alumbrado por la presencia de una excelente Cotillard, único reclamo para el público mayoritario. El espectador atento captará los matices de su interpretación como la insegura Sandra, y gozará de su sutil (lento pero seguro) recorrido hacia la liberación. Lo que no nos mata nos hace más fuertes.

Valoración: ***

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena)**** (muy buena) / (media estrella)

Ficha

De qué va: Sandra, con la ayuda de su marido, sólo dispone de un fin de semana para ver a sus compañeros de trabajo y convencerles de que renuncien a sus primas para que ella pueda mantener su trabajo (www.trailersyestrenos.es).

Tráiler: http://www.dailymotion.com/video/x27e8ql_dos-dias-una-noche-trailer-en-espanol-hd_shortfilms

Oficial: http://www.wandavision.com/site/fichas/dos_dias_una_noche

Año: 2014

Director: Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne

Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Catherine Salée, Olivier Gourmet, Christelle Cornil.