La visita
Parece que M. Night Shyamalan (El sexto sentido) ha interiorizado finalmente la cancioncilla del “renovarse o morir”. Después de varios fracasos estrepitosos, el director de origen indio ha tenido que rebajar sus expectativas, pues ninguna major confiaba ya en su criterio. De ahí que se haya enfrascado, como productor ejecutivo, en un proyecto televisivo (Wayward Pines), pues es este el medio donde circula la energía revitalizada de Hollywood. En otro orden de cosas, el autor se suma a la moda del found footage, inaugurada hace ya más de quince años por The Blair Witch Project y cotizando al alza desde entonces gracias a lucrativas sagas como Paranormal Activity o Rec, para llevar a cabo su última película. En La visita, los hermanos Becca y Tyler aceptan la invitación de sus abuelos, a quienes no han conocido nunca, de pasar unos días junto a ellos en la aislada granja familiar. De paso, conceden un merecido descanso a su madre, quien les ha criado en soledad y con quien se mantienen en contacto vía Skype. El reencuentro es registrado con todo lujo de detalles por las cámaras de vídeo de Becca, quien pretende montar un documental sobre la reconciliación entre parientes. Poco se imagina que la plácida semana en la que iban a comer cookies hasta el hartazgo y dar largos paseos en la nieve se convertirá en una pesadilla.
La visita se vende como una cinta de terror pero, en el fondo, es una chuminada como pocas que si se salva es porque plantea un WTF en toda regla. Y es que las “monerías” de los abuelos y las reacciones de sus atónitos nietos se van superando en hilaridad hasta hacernos estallar en risotadas feroces. Los encantadores ancianos siempre encuentran alguna delirante excusa para justificar su comportamiento errático, así como los monstruosos sonidos de ultratumba que profieren en plena noche, mientras los muchachos aguardan agazapados en su habitación. Particularmente, a Tyler se le reservan los diálogos más “inspirados” por banales, junto con una cómica aversión a los gérmenes. La espontaneidad y naturalidad del joven actor (Ed Oxenbould) ayudan a perfilar su retrato, aunque esté exento de toda profundidad. De hecho, la aproximación al drama familiar es un ingente tostón completamente ajeno al tono de la propuesta.
El linchado director de Señales o La joven del agua tampoco se ha calentado la cabeza al elaborar el desenlace, pues resulta imprevisto precisamente por su obviedad. Bien pensado, el bluff es la firma distintiva de Shyamalan, pues tanto alimentar la intriga no hace sino más dolorosa la inevitable caída. Por mi exaltado cerebrito cruzó la idea de una metáfora sobre la desintegración de la familia o sobre la soledad, pues ésta también produce monstruos. De nuevo me precipité, nada más lejos del guión que una alegoría sobre la suspicacia que se despierta entorno a la vejez. ¿Dónde se esconde el realizador de El bosque? Probablemente esté muerto y enterrado. En cambio, el autor sí que celebra por todo lo alto el propio oficio de cineasta a través del rodaje y proceso de edición que Becca lleva a cabo. Sin duda ella es Shyamalan cuando afirma estar filmando una cinta puramente irónica, o cuando sugiere pautas para generar un impacto emocional en el espectador, aplicadas sin rechistar por la mano invisible que realmente maneja el cotarro.
Valoración: **
Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena)**** (muy buena) / (media estrella)
Ficha
De qué va: Una madre deja a sus dos hijos durante una semana en la remota granja de sus abuelos, en Pensilvania. Los niños descubrirán que la anciana pareja está implicada en algo profundamente inquietante (www.filmaffinity.com).
Oficial: www.lavisita-lapelicula.es
Año: 2015
Director: M. Night Shyamalan
Reparto: Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Kathryn Hahn, Celia Keenan-Bolger, Samuel Stricklen, Patch Darragh.
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