Black Mirror (completa)

Black Mirror propone una serie de episodios sin vinculación entre sí (distintos personajes y distintas tramas) que tienen en común que suceden en un futuro sin determinar en el que el uso aberrante de la tecnología ha destruido al ser humano desde un punto de vista moral. Si resulta tan difícil de ver, es precisamente porque no nos libra de culpa. No son las grandes corporaciones las que nos engañan con sus “avances”, sino el ciudadano de a pie quien hace un uso irresponsable de ellos.

En este sentido, el primer capítulo resulta paradigmático, pues la desgracia podría haberse evitado de no ser por la colaboración tácita de la sociedad. Por otro lado, éste también es una buena presentación de diversas críticas más allá de la tecnológica que serán recurrentes a lo largo de la serie. Por ejemplo, a una sociedad del espectáculo que ha sofisticado sus métodos para resultar cada vez más cruel. Es cierto que las situaciones se llevan al extremo y que la absoluta falta de esperanza que destilan tampoco corresponde a la realidad, pero es necesaria tal exageración para hacernos reflexionar sobre lo que, de otra manera, nos parecería (y parece, porque lo vivimos día a día) de lo más normal.

Así pues, Black Mirror destaca por encima de todo en la concepción y en un guión que mantiene al espectador siempre desorientado, solo para descubrir unos minutos después, a través de algún giro, que las cosas pueden ser incluso peores de lo que parecían. No por ello son menos interesantes el trabajo actoral o la dirección, que dotan al conjunto de esa atmósfera opresiva que tanto lo caracteriza.

Valoración: ****

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena) **** (muy buena) / (media estrella)