La juventud

Una cuestión de emociones

Después de haber conseguido la estatuilla a mejor película extranjera en la edición de los Óscar 2015 con La grande bellezza, Paolo Sorrentino ha conseguido la licencia para hacer lo que le plazca. Público yAcademia (esta vez la europea) han caído embelesados con la nueva propuesta del italiano: La juventud (nominada también a los Óscar como mejor canción). La película, de manera continuista con su antecesora, manifiesta un estilo visual muy marcado por la plasticidad de las imágenes, lo que se ha convertido en una característica particular del director napolitano. Así pues, cambiamos las callejuelas y terrazas de la magnificente Roma y su vida nocturna por los extensos, verdes y tranquilos parajes de los Alpes suizos (vacas incluidas) que guardan un balneario de postín. El cambio de escenario dicta el ritmo de la narración sobre un argumento similar al de su predecesora. Ahora, pasamos a tener dos afables protagonistas, Fred Ballinger (Michael Cane) y Mick Boyle (Harvey Keitel) cuando en la anterior todo el peso recaía en uno solo, Jep Gambardella (Toni Servillo). Si en La grande bellezza el viejo Jep reflexionaba para poder superar un amor frustrado, en La juventud, los no menos jóvenes artistas meditan sobre su trayectoria profesional y vital.

De entre las muchas similitudes entre en ambas cintas, quiero destacar la existencia de un claro acontecimiento religioso/espiritual que marca el comienzo y el final del camino. O los inicios, sendas películas empiezan con una escena musical, aunque muy diversas entre sí, antagónicas incluso. Es más, y ya termino con las comparaciones, las actuaciones de los protagonistas son impecables, tanto la de Servillo (en su momento) como las de Cane y Keitel (en esta ocasión). Tantas coincidencias contribuyen a ampliar el universo cinematográfico del director, repleto de las frivolidades de la élite cultural. En lo que sí es diferente La juventud es en el mensaje: la edad y sus consecuencias. ¿Quién o qué determina si una persona de cierta edad, que está sana (física y mentalmente), es vieja o joven? Alguien de menor edad puede estar en una situación peor que la de un anciano y ser considerado joven.

A raíz de la propuesta de un emisario real para que Ballinger dirija un concierto de aniversario para su Majestad, emprendemos el viaje en la búsqueda de la razón por la que éste la rechaza. Travesía a la que también le acompaña la historia de Boyle, empecinado en realizar su obra póstuma como el gran director de cine que se considera. Así pues, la mano de Sorrentino aprovecha la rutina de los huéspedes del balneario (sauna, masaje, paseo, piscina, comida y concierto) para plasmar bellos planos y, al mismo tiempo, divertirnos con la banalidad de sus escenas. Al igual que se recrea en otros solamente por estética, ya que no aportan nada más al conjunto. Por otro lado, los diálogos entre los dos protagonistas, y buenos amigos, también tienen su punto irónico. Del mismo modo que no tienen desperdicio algunos de los personajes allí alojados y a los que vamos siguiendo la pista ocasionalmente. También encontramos, como es habitual, una variopinta banda sonora que va desde la música clásica hasta el electro, y que ameniza la elitista visión de la juventud. Ésta vez, de una forma menos frívola, más humana y donde los sentimientos y emociones son el motor de la vida.

Valoración: ***/

Puntuación: * (mala) ** (regular) *** (buena)**** (muy buena) / (media estrella)